Las turberas, un ecosistema clave en la Concesión de Conservación Yanayacu-Maquia
¿La «turbera»? Probablemente esta palabra signifique algo para ti… Te contamos más.
La turbera de Maquia, un ecosistema específico
La Concesión de Conservación Yanayacu-Maquia, con una superficie total de 38.699 ha, es aproximadamente cuatro veces el tamaño de París, en plena Amazonia peruana. Dentro de la concesión, están representados 7 ecosistemas forestales, uno de los cuales es la turbera. El área de turberas de la Concesión Yanayacu-Maquia se estima en 7.000 ha, es decir, el 15% del área total de la Concesión. Según las comunidades rurales que viven en la zona, más de 50 especies vegetales de este ecosistema se utilizan para la construcción, la alimentación, la medicina y la economía formal. También es un refugio para la biodiversidad. En efecto, además de las numerosas especies de peces, anfibios y reptiles, la ciénaga de Maquia se compone de aguajes (Mauritia fluexosa), una especie arbórea específica de este ecosistema del Amazonas. Estos árboles producen frutos abundantes y muy nutritivos que atraen a una fauna diversa y densa que incluye monos, tapires, pecaríes, guacamayos, etc.
Pero, ¿qué es exactamente una turbera?
Una turbera es un ecosistema que se caracteriza, en primer lugar, por un suelo permanentemente saturado de agua estancada o muy escasa. Esto priva a los microorganismos (bacterias y hongos) responsables de la descomposición y el reciclaje de la materia orgánica del oxígeno necesario para su metabolismo. En estas condiciones asfixiantes (anaerobiosis), la hojarasca vegetal se mineraliza muy lenta y parcialmente. Luego se acumula gradualmente, formando un depósito de materia orgánica poco o nada descompuesta: la turba.
La turba es una verdadera roca vegetal fósil y, por tanto, un suelo orgánico resultante de la degradación incompleta de los restos vegetales en un medio saturado de agua. Contiene al menos un 20% de carbono (30% en el caso de la turba rica en arcilla) y puede acumularse en varios metros de espesor, a un ritmo medio de 0,2 a 1 mm por año.
Et quel est le rôle des tourbières pour l’environnement ?
Las turberas desempeñan tres funciones principales para el medio ambiente:
- Para el agua: actúa como filtro de minerales y absorbe el exceso de agua evitando las inundaciones
- Para la vida: como hábitat específico para muchas especies
- Para los gases de efecto invernadero: como «pozo de carbono«
¿Por qué es tan importante conservar las turberas?
Se calcula que sólo las turberas contienen aproximadamente un tercio de todo el carbono del suelo del mundo… Y las turberas «tropicales» almacenan el doble de carbono que todos los bosques del mundo.
Una turbera funcional es, por tanto, un ecosistema que tiene la capacidad de:
- Acumular carbono, que mitiga los efectos del cambio climático
- Regular los flujos de agua, mitigando así las inundaciones en épocas de lluvia
- Apoyar una gran variedad de hábitats y especies, lo que constituye una fuente de biodiversidad
- Acumular materia orgánica en sus capas de suelo a lo largo de miles de años, lo que nos habla del pasado.
¿Cuáles serían las consecuencias de su degradación? Por lo tanto, la degradación de la turbera de Maquia afectaría a sus 3 funciones principales para el medio ambiente. Por el agua, por la vida y por el carbono. En efecto, si la turbera de Maquia se degradara gravemente, su función de regulación de los flujos de agua afectaría fuertemente a las poblaciones de la zona por el aumento de las inundaciones en la estación de las lluvias. Por otro lado, esto llevaría a la pérdida de su biodiversidad específica. Por último, la degradación de la turbera, unida a los efectos del cambio climático, provocaría la liberación inmediata de parte de sus reservas de CO2 a la atmósfera. Esto parece ser una preocupación internacional en este momento. |
Por ello, la Asociación Biodiversidad Amazónica presta especial atención a la conservación de la ciénaga de Maquia a través de las actividades de seguimiento de sus ecoguardas locales y de la investigación científica aplicada en la zona de Maquia. Desde 2011, se han realizado estudios científicos en esta zona de la Concesión. Maquia Bog ha sido objeto de numerosos estudios de campo para la investigación de la tesis del Dr. Outi Lahteenoja, estudiante de doctorado de la Universidad de Turku en Finlandia.
Desde 2015, la Universidad de Arizona, con sede en Estados Unidos, también trabaja en la Maquia Bog. Su equipo de científicos, dirigido por Hinsby Cadillo, está especialmente interesado en la dinámica de los flujos de carbono en el suelo y la vegetación de la turbera. En junio de 2019, los ecoguardas y las comunidades locales construyeron una base forestal cerca de la ciénaga para alojar a los equipos científicos durante los estudios de campo. A finales de julio de 2019 está previsto un estudio específico por parte del equipo de la Universidad de Arizona apoyado por nuestros socios peruanos de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Los resultados deben ser seguidos…
¿Ahora sabe un poco más sobre las turberas?
¿Está convencido de su importancia para el medio ambiente?
Si quiere saber más sobre este ecosistema y sus especificidades, le invitamos a ver estos dos breves vídeos: